Este extraño animal procedente de Australia se puede calificar como un enigma viviente.
Tiene pico y patas de pato, cuerpo de topo, tamaño de conejo, cola de
castor, garras y los machos, además, poseen un agudo espolón de gallo.
A finales del siglo XVIII llegó a Europa, procedente de Australia, un
ejemplar de ornitorrinco muerto. Los científicos europeos que lo examinaron
creyeron que se trataba de una broma, es decir, de una serie de animales
diferentes pegados juntos.
¡Pero las sorpresas no acabaron aquí! Cuando los científicos estudiaron más
a fondo a los ornitorrincos se dieron cuenta de que la hembra pone huevos (de 1 a 3) y los incuba, como las aves y los reptiles; cuando los huevos se abren la madre
amamanta a las crías, igual que hacen los mamíferos, aunque si esto resulta
extraño roza el límite de lo increíble si tenemos en cuenta que la hembra no
tiene mamas. La leche rezuma a través de la piel, a la altura de una pequeña bolsa que tiene en el
vientre y los pequeños ornitorrincos se alimentan lamiendo las preciosas gotas.
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